
A veces le pierdo el hilo a la existencia
y me saturo con la neblina
del agua que cae sobre mis pies
mientras me arrebato las impurezas de afuera.
Fijé en tenue el nivel de la esperanza
sabiendo que no hay lluvia para secar
la promesa de una inercia que no será.
Me voy hundiendo en los versos donde no te pienso
cuando me detengo a romper mis noches
de tanto sin hallar
una razón para ellas
Tomé vuelos que nunca merecieron despegue
pero voy a repatriar nuestro comienzo
porque mis ojos hormiguean
lo distante por ti.
Distancia. Distancia. Distancia. Distancia